Los ecosistemas de montaña son muy cambiantes ya que son susceptibles a la acelerada erosión del suelo, a los deslizamientos de tierra y a la rápida pérdida de hábitat y de diversidad genética. Asimismo, los asentamientos humanos en zonas de montaña también son susceptibles a los cambios de su ecosistema, debido a la pobreza generalizada de sus habitantes y a la pérdida de conocimientos indígenas y ancestrales que permitían su adaptación al medio. Como resultado, mundialmente se experimenta la degradación de los ambientes de montaña.
Existiendo a nivel nacional un conocimiento parcial y fraccionado de la montaña, sus ecosistemas, vulnerabilidad y riquezas (en todas sus formas), el CEM propone una mirada distinta.
El CEM aborda de forma interdisciplinaria el estudio de las montañas de nuestro país, no sólo para enriquecer el conocimiento, sino también para ayudar a la creación de prácticas sostenibles que contribuyan a proteger los ecosistemas de las montañas y la biodiversidad que acogen, así como mejorar la calidad de vida de las comunidades locales que albergan.
Lo anterior, pues la historia y el estado de conservación de nuestras montañas da cuenta de la necesidad de cambiar paradigmas. Para conocer, estudiar, proteger y conservar nuestras montañas, se requiere de una mirada de integración interdisciplinaria, en donde se aborde a los ecosistemas montañosos desde la interacción de diversas disciplinas científicas y de trabajo en zonas de montaña.
Los Andes son parte de uno de los cordones montañosos más importante del mundo y es deber de cada uno de nosotros conocerlos y cuidarlos.